please don't copy my photographs there are mine and just mine

Monday, July 23, 2012

Me tomó 2 años volver a escribir en este blog. Quizá había perdido un poco la fe en la fotografía, quizá en el arte mismo. Hoy me doy cuenta, con un giro enorme en mi vida, descubriendo nuevos lugares, cruzand la mitad del mundo, en distintos aeropuertos, que el gusto por capturar instantes es algo que no puede morir. Es evidente que la fotografía en el viaje es mucho más atractiva que generar propuestas en tu país pues cada cosa nueva te incita a tomar memoria de ella. Sin embargo ¿Cómo renace el amor por la fotografía? ¿ Cómo puede alguien abandonarla por años y en unos días darse cuenta que le apasiona? Esta es mi teoría: La fotografía no es mas que selecciones de la realidad, de una realidad personal y de una realidad que desea hacer colectiva. Cuando uno fotografía no solo piensa en él, piensa en el placer que dará mostrar su foto. Si, si es un logro personal, una historia escondida y una selección de instantes que solo pueden vivir en el fotógrafo mismo. pero ¿cómo se puede explicar que el fotógrafo se siente más libre cuando sabe que lo que muestra va a ser de interés para más personas? Sabe que el sujeto que mostrará cautivará mucho más que alguien de su propio país. Eso es la fotografía de los viajes. Aunado a que se redescubre a si mismo. Al final de un día de tomar fotografías, al revisarlas, te das cuenta que tienen un hilo común, que hay una personalidad en tus selecciones y ese es tu ojo, tu selección de la realidad y que es independiente del lugar en donde estés. Esa es tu forma de capturar tu realidad. Lo mismo sucedería si en un día normal de tu vida sales a la calle, pero no te das esa oportunidad pues piensas que nada te va a sorprender. No es necesario un viaje para que la fotografía viva, pero si para mostrarte directo en tu cara lo que puedes crear con tan solo decidir reproducir una supuesta mímesis de la realidad. No hay nada mas extraordinario que esto. R. Barthes decía que es dolor, que es muerte. Pero sólo a través de la vida de algo, de celebrar la existencia podemos llegar al dolor y ver una imagen como un instante muerto. En mi caso, la fotografía de turismo, el ser un sujeto mas con cámara en sitios turísticos, me ha abierto de nuevo mi fascinación por celebrar la existencia misma y ver que la complejidad es la mejor de las imágenes. Creo que nunca perdí la fe, solo me decepcioné de mi selección, la vida no es la que le tiene que mostrar a un fotógrafo que tomar. El fotógrafo debe de ir a buscarla, eso diferencia a los amateurs de los profesionales. Y si, soy un amateur más pero con toda la intención de hacer de mi vida mi selección de momentos que cuando yo muera serán el dolor para alguien tal y como Barthes lo plantea. Incluyo aquí algunas de mis imágenes de la India. Las que me causaron mayor placer, las que considero personales y que me hacen sentir los suficientemente bien como para mostrarlas al mundo.

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